Los colonos franceses e ingleses se instalaron allí en el siglo XVI. Tras varios conflictos coloniales, los británicos se hicieron con la parte francesa. Tras la independencia estadounidense (1776), muchos americanos leales a Londres se refugiaron en Canadá. En 1812 Washington se la quiso anexionar y fracasó en el intento.
En 1867 Canadá se convirtió en un dominio (una autonomía) dentro del Imperio Británico. Su independencia definitiva llegó en 1931. Aún hoy su lealtad a la Corona es incuestionable. Canadá es una monarquía federal y la reina de Inglaterra es la jefa de estado. Pese a estar en América, su estilo de vida es 100% europeo.
Canadá es una potencia regional. Es el segundo estado más extenso del planeta, tras Rusia, y también el más septentrional. Lo bañan tres océanos: el Atlántico, el Pacífico y el Ártico. Es una de las tierras más desarrolladas, prósperas y con mayor bienestar del globo y la única donde la inmigración es incentivada por el gobierno.
Es una nación industrial y tecnológica. Y es la única patria autosuficiente del mundo. Canadá es enorme y vive muy poca gente. Rica en energía nuclear, hidroeléctrica, petróleo, gas, agua y recursos mil, podría vivir aislada del resto del mundo sin que tuviera necesidad de nada. Exceptuando un clima cálido, tiene de todo.
El inglés y el francés son oficiales a nivel federal. En algunas provincias hay idiomas amerindios también oficiales. Es un país de católicos, protestantes y ateos, una sociedad plural donde, aunque predomina la cultura anglófona, también tienen su espacio los inuit y los francófonos. El Quebec, no obstante, se quiere separar.
Canadá es una de las patrias más frías de la Tierra. De hecho, el hockey sobre hielo es el deporte nacional. A causa de sus gélidas temperaturas, el 80% de la población se concentra en las costas o en la frontera con Estados Unidos. A pesar de su clima, la gente tiende a ser cálida, educada y amable. Sin duda, una gran nación.