Es ésta una tierra históricamente poblada por los mayas. En el siglo XVI fue colonizada por los españoles y pasó a formar parte del Virreinato de Nueva España. Se independizó del Imperio Español en 1821 y por un breve tiempo formó parte de la República Federal del Centro de América, que se desintegró en el año 1839.
Guatemala es una de las sociedades más conservadoras de América. Las ideas liberales fueron ahogadas por un autoritarismo reaccionario casi desde el principio. Es un país muy polarizado. Los ricos son muy ricos y los pobres muy pobres. Tanto la izquierda como la derecha son radicales. Hay una gran lucha de clases.
A eso se suma las enormes diferencias sociales que existen en el país. La Iglesia Católica, los terratenientes y las multinacionales extranjeras siempre hicieron lo posible por mantener y consagrar esas desigualdades. La United Fruit Company, una empresa americana, llegó a poseer el 50% de las tierras cultivables de todo el país.
Ha habido gobiernos liberales y conservadores, revoluciones y contrarrevoluciones, paramilitares de extrema derecha y de extrema izquierda pero al final siempre queda lo mismo: corrupción, gobiernos títeres al servicio de multinacionales extranjeras, militares golpistas, terratenientes todopoderosos y dictadores de opereta.
Nación pobre y atrasada, Guatemala vive de exportar bananas y café. Es un país tradicionalmente católico, pero el protestantismo va al alza. El español es el idioma oficial, aunque también se habla una veintena de lenguas mayas, el xinca y el garífuna. La sociedad es un pupurri de mestizos, ladinos, mayas, garífunas y criollos.
Mención aparte merece la etnia maya, que constituye más del 50% del total de la población. Pese a ser mayoría, sufre racismo y discriminación, en especial por parte de la élite criolla. De hecho, en la Guerra Civil de Guatemala (1960-66), que dejó 200.000 muertos, ambos bandos aprovecharon para perpetrar un genocidio maya.