A orillas del Mar Caribe encontramos el liliputiense archipiélago de Anguila, que estuvo poblado por los arawaks antes de ser descubierto por los españoles en el siglo XV y colonizado por los británicos en el siglo XVII. Este antiguo refugio de piratas es en la actualidad otra colonia ultramarina más perteneciente al Reino Unido.
Fue colonizado por los británicos y administrado por Antigua primero, San Cristóbal después y San Cristóbal y Nieves más tarde contra los deseos de los anguilenses. El político Ronald Webster lideró dos revoluciones (1967 y 1969) para ser una colonia separada de San Cristóbal y Nieves. Londres accedió en 1980.
En cuanto a la economía, Anguila vive basicamente del turismo. No obstante, en los últimos años se ha convertido en un paraíso fiscal muy popular y cada vez más bancos se asientan allí. Antes no cobraba ningún tipo de impuesto pero desde el año 2011 cobra un impuesto de estabilización del 3% para combatir el creciente déficit.
El archipiélago cuenta con apenas 15000 habitantes, de los cuales la mayoría es de raza negra, descendiente de esclavos, aunque también hay mulatos y blancos. Protestantes y anglicanos son mayoría y hablan inglés y criollo. La cultura es una herencia de las tradiciones de colonos ingleses, nativos amerindios y esclavos africanos.
Existe una gran tradición deportiva en la isla; un lugar ideal para practicar submarinismo, vela, cricket, rugby o fútbol. Gastronomía, artesanía y ritmos musicales son variados. En 1993 el Gobierno fundó la Anguilla National Trust, institución creada para preservar el legado histórico, arqueológico y cultural del país.
Como dato curioso, destacamos que los primeros pobladores indígenas de la isla la nombraron Malliouhana, que significa “serpiente marina con forma de arco”. Con la llegada de los exploradores ingleses en el siglo XVI, el nombre de la ínsula pasó a llamarse Anguila debido a la forma alargada y estrecha que tiene la isla.