Cuando el 12 de Octubre de 1492 el navegante Cristóbal Colón arribó a estas tierras, creyó haber llegado a la India. En realidad acababa descubrir América. Fue el primer territorio americano al que llegó Colón. Tierra de taínos y arawaks, fue colonia española entre 1513 y 1648, cuando pasó a manos de ingleses.
Es un archipiélago de 700 islas entre Cuba y Florida. Debido a su estructura laberíntica fue refugio de muchos piratas ingleses, que se escondían en la zona para asaltar los galeones españoles. Los británicos prohibieron la piratería en 1718. Entonces, trajeron muchos esclavos negros para trabajar en los cultivos locales.
Bahamas se independizó de Londres en 1973. No obstante, pertenece a la Mancomunidad de Naciones y su reina es Isabel II de Inglaterra. Desde entonces ha tenido una vida apacible y tranquila. Su parlamento es el más antiguo del Nuevo Mundo (data de 1729), anterior incluso al de los Estados Unidos.
Es un sitio ideal para disfrutar de las playas del Caribe y de un mar azul turquesa, aunque eso sí, infestado de tiburones. Llama la atención cómo los locales los tratan casi como a mascotas. En Bahamas se encuentra el acuario más grande del mundo, con más de 50.000 peces. El turismo da empleo al 60% de la gente.
Bahamas es un paraíso fiscal donde el rico vive inmejorablemente porque paga igual que un pobre por todo. La vida es carísima porque todo es importado. Allí hay instalaciones pobres y viejas para unos y cruceros, hoteles y mansiones de lujo para otros. Este reino tiene una de las rentas per cápita más altas de toda América.
De sus poco más de 300.000 habitantes el 83% es negro y el 15% restante lo componen blancos y mulatos. Es una sociedad muy religiosa compuesta por protestantes, anglicanos y católicos. También los hay que practican rituales de vudú. Se habla el inglés y el criollo bahameño. En Bahamas nació el Nuevo Mundo.