Caribe Neerlandés es una denominación genérica (geocultural pero no política) que agrupa un conjunto de seis islas caribeñas bajo soberanía de los Países Bajos. Se trata de San Martín, Saba y San Eustaquio en el norte, y Aruba, Bonaire y Curaçao en el sur. Entre ambas existe una distancia aproximada de cerca de 900 kilómetros.
Estas seis islas eran colonias holandesas que en 1954 fueron reconfiguradas dentro de una autonomía llamada Antillas Neerlandesas. Aruba decidió mediante plebiscito separarse de las Antillas en 1986. En la década de 2000 Curaçao y San Martín pidieron imitar a Aruba. Bonaire y Saba votaron a favor de suprimir las Antillas.
Así pues, de las cenizas de las Antillas Neerlandesas, extintas en 2010, surgió un nuevo estatus: Aruba, Curaçao y San Martín serían países autónomos, mientras que Bonaire, San Eustaquio y Saba serían municipios especiales, pero todos dentro de los Países Bajos. Este reordenamiento pasó a ser conocido como Caribe Neerlandés.
En estas islas existen tres lenguas oficiales: el holandés, que fue la única oficial hasta 2007 y pese a ello la menos utilizada con diferencia; el papiamento (una mezcla de español, portugués, arawak y varias lenguas africanas), que es la más hablada en el archipiélago del sur; y el inglés, que es la más empleada en el del norte.
La mayoría de la población es descendiente de los esclavos negros traídos del África a partir del siglo XVII, y en menor medida de blancos neerlandeses. La práctica totalidad de la población es cristiana protestante. Es un crisol de razas y culturas ya que al Caribe Neerlandés han venido inmigrantes procedentes de mil sitios.
La economía depende del exterior ya que debe importar casi todo. La gente vive del turismo, pues sus playas de ensueño hacen las delicias de los amantes de la naturaleza, el buceo y el surf de vela. Su arquitectura colonial, de mil y un vistosos tonos, y la alegría de su gente sobresalen en este paraíso tropical de belleza, luz y color.